España y los Rumanos:

Sé que me estoy metiendo en un lodazal, en un tema de esos donde es muy fácil hundirse en el fango. No obstante, daré como hasta ahora mi opinión sobre este tema y sobre todos aquellos que considere oportuno.

Como ya denuncié en su día con este artículo, España es racista y lo digo bien alto. Tenemos un gobierno que va de "progre" y es deliberadamente de derechas (ver medidas económicas).

La cuestión es que a a partir de ahora los rumanos que quieran trabajar en España necesitarán un contrato de trabajo.

La medida por discriminatoria sorprende. ¿Donde está ahora la adulada libre circulación de los ciudadanos europeos por el territorio comunitario?

Analicemos la noticia con frialdad, con la pausa necesaria, con la visión periférica que creo me da el ser un ciudadano de a pie.

Es cierto que muchos rumanos vienen a este país a robar. Esto suena mal, y no es políticamente correcto, pero así es. Ya sea en el metro o en el mercadillo de turno no es difícil verlos haciendo de las suyas.

Por contraposición, también me consta que muchos rumanos cada verano doblan el lomo en diversas campañas de carácter agrícola donde hasta hace muy poco se hacía de lo más complicado ver a un solo español haciendo lo propio.

Si se roba, sea quién sea y hablando mal y pronto -a la puta cárcel- me da igual sea rumano o sea el siempre bien vestido Francisco Camps.

Lo que no puede ser es que personas que son detenidas hasta diez veces en un metro por hurtos "menores" (menos de 300 euros) no pasen una temporadita entre rejas. ¿ Es acaso descabellado que la reiteración pase a ser un agravante?

Por otro lado, comprendo que no esté el horno para bollos y que se busque dar prioridad a los ciudadanos del país de origen. Es lo que se da en llamar proteccionismo.

Esto último sería de los más normal si la medida no fuera únicamente contra una nacionalidad determinada. ¿Por qué no se le exige lo mismo a los noruegos? También hay noruegos malos.

Llega el momento pues de leer entre líneas.

Las elecciones están al caer. Podemos ver como por una parte Rubalcaba se afana en contentar a los "Indignados del 15-M" cogiendo algunas de sus medidas y aplicándolas de forma descafeinada. En el flanco contrario la preocupación plausible por la oposición, ya que no resultaría para nada extraño que el PP usara la inmigración como arma arrojadiza.

Independientemente de la situación coyuntural existente me parece aberrante se castigue a alguien simplemente por su país de origen. Hay quienes aún desgraciadamente hablan de nacionalidades y no de personas.

Un Saludo.